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Luc 13:31 Lamento de Jesús sobre Jerusalén
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Publicado en 01/08/2024

Luc 13:31 

Lamento de Jesús sobre Jerusalén
(Mt 23.37-39)
Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole:
–Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.[u]

 Luc 13:32  Él les dijo:
–Id y decid a aquella zorra:[v] “Echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra”.

Luc 13:33  Sin embargo, es necesario que hoy y mañana y pasado mañana siga mi camino, porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.[w]

Luc 13:34  ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas[x] y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste![y]

Luc 13:35  Vuestra casa[z] os es dejada desierta; y os digo que no me volveréis a ver hasta que llegue el tiempo en que digáis: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.[a]

Este pasaje de Lucas 13:31-35 es un momento significativo en el evangelio, donde Jesús expresa su lamento por Jerusalén y su rechazo hacia los profetas. Aquí, se destaca la tensión entre Jesús y los líderes religiosos de su tiempo, representados por los fariseos, así como la profunda tristeza de Jesús por la falta de respuesta de Jerusalén a su mensaje.

  1. Advertencia de los fariseos: Los fariseos advierten a Jesús sobre el peligro que representa Herodes. Esto refleja la creciente hostilidad que enfrenta Jesús y su ministerio.
  2. Respuesta de Jesús: Su respuesta es desafiante; se refiere a Herodes como una "zorra", indicando que no teme a la amenaza y que su misión continuará a pesar del peligro. Jesús enfatiza la urgencia de su obra, mencionando que “echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana”.
  3. Profecía de Jerusalén: Jesús lamenta la situación de Jerusalén, que representa tanto un lugar físico como un símbolo del rechazo de Dios. La imagen de la gallina que quiere reunir a sus polluelos bajo sus alas refleja su deseo de protección y cuidado, en contraste con la falta de disposición de las personas para aceptarlo.
  4. Desolación de Jerusalén: Finalmente, Jesús profetiza que su "casa" quedará desierta, lo que puede interpretarse como una advertencia sobre la inminente destrucción de Jerusalén y el templo, así como la separación entre él y su pueblo hasta que reconozcan su Mesías.

Este pasaje resalta la compasión de Jesús, su firmeza en su misión y la trágica dinámica entre él y quienes lo rechazan. También pone de manifiesto la importancia de reconocer y aceptar el mensaje de Dios cuando se presenta.

 

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