Luc 22:47 

Arresto de Jesús
(Mt 26.47-56; Mc 14.43-50; Jn 18.2-11)
Mientras él aún hablaba, se presentó una turba. El que se llamaba Judas, uno de los doce, que iba al frente de ellos, se acercó hasta Jesús para besarlo.

Luc 22:48  Entonces Jesús le dijo:
–Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del hombre?^[e]

 Luc 22:49  Cuando los que estaban con él se dieron cuenta de lo que había de acontecer, le dijeron:
–Señor, ¿heriremos a espada?

 Luc 22:50  Entonces uno de ellos hirió a un siervo del Sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha.

Luc 22:51  Entonces, respondiendo Jesús, dijo:
–Basta ya; dejad.

Y tocando su oreja, lo sanó.

Luc 22:52  Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los jefes de la guardia del Templo y a los ancianos que habían venido contra él:
–¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos?

Luc 22:53  Habiendo estado con vosotros cada día en el Templo,^[f] no extendisteis las manos contra mí; pero esta es vuestra hora y la potestad de las tinieblas.^[g]

Este pasaje del Evangelio de Lucas describe la traición de Judas y el arresto de Jesús en el Jardín de Getsemaní. Aquí, se encuentran varios momentos clave:

1. La traición de Judas: Judas, uno de los doce discípulos, se acerca a Jesús para identificarlo con un beso, un acto que simboliza la traición y el engaño.
2. La reacción de los discípulos: Al darse cuenta de lo que está ocurriendo, los discípulos preguntan a Jesús si deben defenderlo con la espada.
3. La defensa de Jesús: Uno de los discípulos corta la oreja de un siervo del Sumo Sacerdote, pero Jesús interviene, sana al herido y los reprende por la violencia.
4. El arresto y la condena: Jesús confronta a los líderes religiosos, señalando la injusticia de su arresto a pesar de que había estado predicando abiertamente en el templo.

Este pasaje resalta temas de traición, la reacción humana ante la violencia, y la misión de Jesús de amar y sanar incluso en sus momentos más oscuros.